(Semana IV) Números

La capacidad de abstracción—según el diccionario de la RAE, es la capacidad de separar por medio de una operación intelectual las cualidades de un objeto para considerarlas aisladamente o para considerar el propio objeto en su pura esencia— se complica a medida que se añaden ceros a la derecha de un número. Cuando nos encontramos con números de más de cuatro o cinco cifras dejamos nuestro poder de abstraer arrinconado y acumulando polvo.

— Hay más de 100 billones (un billón es un millón de millones) de galaxias, y la nuestra, la Vía Láctea, tiene 300.000 millones de estrellas —habremos escuchado alguna vez.

Ante estos datos, pocos se detienen a contar ceros y a amontonar estrellas en su imaginación. ¡Qué pereza! Como aquella cena en que mi mujer, que es microbióloga marina, sosteniendo una copa de vino en la mano me dijo:

—¿Sabes que hay más bacterias en el océano que estrellas en el universo?

—Podríamos ir este viernes al cine a ver la nueva de Tarantino —le contesté tras un breve silencio.

La pereza es uno de los pecados capitales por algo, y con la edad quizás se convierta en el pecado más atractivo. Sin embargo, tanto en el fútbol como en la crisis del coronavirus, nos encontramos con números astronómicos que tienen su jugo cuando, dando la espalda a la pereza, los exprimes.

El último clásico entre el Real Madrid y el Barcelona lo vieron 650 millones de espectadores por televisión. Siete ceros dan mucha pereza, pero si exprimes un poquito el cerebro, y los relacionas con los 7.700 millones de humanos del planeta, te quedas un poco loco al concluir que casi el 10% de la población mundial vio un partido de la Liga Española. En el caso de la final del Mundial de Rusia entre Francia y Croacia (4-2), se estima que al menos 1.120 millones de personas vieron al menos un minuto (por su bien espero que ese minuto fuera el del gol de Mbappé, el cuarto de Francia).

Los jugadores de élite posiblemente eviten pensar en estos números para que no les tiemblen las piernas al salir a jugar al fútbol. Aun así, la presión a veces les puede y se derrumban. Como le ocurrió a Ronaldo antes de la final del Mundial de Francia de 1998. El día de la final, Ronaldo se echó una siestecita y se despertó con convulsiones por un colapso nervioso. Cuando ya estaba preparado Edmundo para jugar en su lugar, el entrenador de Brasil, Zagalo, decidió que jugara Ronaldo porque su mera presencia elevaba el ánimo de sus compañeros. Ronaldo jugó uno de los peores partidos que se le recuerdan, y Brasil perdió la final 3-0 contra la Francia de Zidane.

Sin embargo, a Ronaldinho nunca pareció importarle la presión ni la cantidad de gente que le estaba observando. Jugaba riéndose de sus aciertos y de sus fallos. El jugador más alegre que he visto, como no podría ser de otra manera, nació en Porto Alegre. Allí, en una ciudad de mayoría blanca, el tostado Ronaldinho jugaba al fútbol en la calle, y en casa son su hermano Roberto. Ronaldinho cuenta que cuando no tenía humanos con los que jugar al fútbol, hacía gambetas y elásticas a su perro Bom Bom, que debió de morir con la cadera destrozada de comerse tantos amagos.

 

Ante los números de la COVID-19, hay personas que reaccionan como Ronaldo en la final del Mundial de Francia, y otros como Ronaldinho. No sé cómo se te quedará el cuerpo si te digo que si estás contagiado con el SARS-CoV-2 y te paso un bastoncito por la garganta, puedo llegar a sacar hasta 700 millones de moléculas de ARN del virus (Wölfel et al, Nature 2020). Como te conté en el capítulo I, cada virus tiene un genoma de ARN, y como te conté en el capítulo II, con la RT-PCR detectamos fragmentos o moléculas de ARN).

Volvamos al bastoncito que te he pasado por la garganta. Te voy a poner los ceros juntos: 700000000. Y esto lo puedes tener en un puñadito de células epiteliales de tu cavidad bucofaríngea, y sin llegar a tener síntomas. Otros tantos cientos de millones de virus están en tu mucosa nasal. Por eso es tan importante que, aunque no tengas síntomas, no estornudes ni tosas con gente alrededor, y si lo haces que sea sobre una máscara o sobre el codo. Ante la cantidad de virus SARS-CoV-2 que podrías llevar encima, el pánico de Ronaldo no ayuda porque te hace no jugar bien. No te digo que vayas todo el día riéndote como Ronaldinho, pero al menos juega tan bien como él y respeta las recomendaciones sanitarias. Quédate en casa si no eres imprescindible en ningún lugar. Si sales, intenta hacerlo con mascarilla. Lávate las manos frecuentemente. Si haces las cosas bien, igual algún día se pone tu patio de vecinos o el Bernabéu en pie y te aplaude, como le pasó a Ronaldinho después del clásico del 2005. Marcó dos goles de la victoria final por 0-3.

 

Cuando se habla de virus, estás cantidades tan elevadas pueden causar miedo. Sin embargo, en la historia de la COVID-19 hay cifras mucho menores que son más temibles aún. Por ejemplo, el valor de R0, que es el número reproductivo básico. Este valor indica el número medio de casos de COVID19 atribuidos a una persona infectada. En otras palabras, la capacidad de contagiar de una persona ya contagiada. En el caso del virus de la gripe, el R0 tiene un valor aproximado de uno. Brotes de Ebola en Liberia y Sierra Leona han tenido valores de R0 en un rango entre 1,3 y 1,9 (Khan et al, 2015). En el caso del SARS-CoV-2, el R0 medio que resulta de diversos estudios es de 3, aproximadamente (Liu et al, 2020).

Tres no parece un número muy alto, pero espera que te lo explique. Una R0 igual a 1, como el del la gripe, significa que tú regalas una entrada a una persona, y esa persona a su vez regala otra entrada a otra persona. Cuando esa cadena se repite diez veces, habrá diez personas con entradas regaladas. Si lo habláis, hasta podéis sentaros en la misma fila de asientos y ver el partido juntos. En resumen, diez contagios del virus de la gripe en cadena resultan en diez personas con gripe.

En cambio, mira la que se lía con una R0 igual a tres. Tú regalas tres entradas, y las tres personas a las que has regalado la entrada, regalan a tres personas más. Cuando este ciclo se repita diez veces, habrá 59049 personas con entradas regaladas, y no cabréis ni en el nuevo San Mamés. En resumen, diez contagios en cadena de SARS-CoV-2, resultan en 59049 personas con COVID-19.

san mames 1

Aquí te dejo las cuentas;

3 x 3= 9

9 x 3= 27

27 x 3=81

81 x 3= 243

243 x 3= 729

729 x 3= 2187

2187 x 3= 6561

6561 x 3= 19683

19683 x 3=59049

Según la FIFA, el récord de asistencia a un partido fue la final de 1950 entre Brasil y Uruguay, con 173.850 espectadores (la mayoría de pie y amontonados, claro) Para llegar a esa cantidad de contagiados con SARS-Cov-2, solo necesitaríamos un ciclo más de regalo de entradas 59049 x 3= 177.147. Ni siquiera cabrían en el estadio actual más grande del mundo, que es el Reungrado Primero de Mayo, en Corea del Norte, donde caben 150.000 espectadores.

Con un par de rondas más llegaríamos a los 13 ciclos, y entonces no habría asiento para todos en el estadio diseñado por el artista Paul Pfeiffer, en el que podrían sentarse un millón de espectadores. Sí, has leído bien. Un millón. La maqueta, según Pfeiffer, es trasladable al mundo real, y la ha llamado Vitruvian Experiments en honor a Marcus Vitrubio, que fue arquitecto de Julio César y autor, antes de que naciera Cristo, del tratado de arquitectura más antiguo que se conoce.

estadio vetrubian1_reduced

Si un R0 de tres ahora ya te parece cosa sería, un estudio reciente hecho por el centro de control de enfermedades (CDC) de Estados Unidos apunta que la R0 del SARS-CoV-2 podría llegar a ser de 5.7 (Steven Sanche et al, 2020). Haz los números, pero ya te adelanto que regalando entradas de seis en seis, después de tan solo siete ciclos necesitas tres estadios como el Camp Nou (99.000 espectadores) para meter a la gente.

El R0, o valor del número reproductivo básico, se calcula con modelos matemáticos considerando distintas variables. Por lo tanto, el resultado también es variable según las estimaciones. Lo que parece evidente es que el R0 del SARS-CoV-2 está por encima de los anteriores brotes de coronavirus (del SARS y del MERS). Aquellas epidemias de las que ni te enteraste.

¿Por qué el SARS-CoV-2 puede tener un R0 mayor que otros coronavirus? Te lo explico en el próximo capítulo, con la ayuda del exdelantero del Liverpool Peter Crouch.

@raticosdefutbol

Julián Cerón Madrigal

http://www.ceronlab.com

 

Lectores cero: Carmen Núnez y Abraham Esteve

Referencias:

Ying Liu et al. The reproductive number of COVID-19 is higher compared to SARS coronavirus Journal of Travel Medicine, Volume 27, Issue 2, March 2020, https://doi.org/10.1093/jtm/taaa021

Sanche S, et al. High contagiousness and rapid spread of severe acute respiratory syndrome coronavirus 2. Emerg Infect Dis. 2020. https://doi.org/10.3201/eid2607.200282

Wölfel R, et al. Virological assessment of hospitalized patients with COVID-2019. Nature. 2020 Apr 1. doi: 10.1038/s41586-020-2196-x.

Khan et al. Estimating the basic reproductive ratio for the Ebola outbreak in Liberia and Sierra Leone. Infect Dis Poverty. 2015; 4: 13. doi: 10.1186/s40249-015-0043-3

 

ANEXOS: