El contraataque de la Variante Delta

El partido se alarga

Cuando Wuhan dio el pitido inicial, allá por enero del 2020, el partido contra el coronavirus SARS-CoV-2 parecía un trámite más en el calendario del Atlético Humanidad. Sin embargo, el SARS-CoV-2 sorprendió confinándonos en nuestras casas durante la primera parte. Una vez aprendimos como el rival nos hacía daño, el partido se equilibró en la segunda parte y llegamos a la prórroga. Entonces, tras un año de partido, el Atlético Humanidad sorprendió sacando las vacunas al terreno de juego. Se pensaba que no llegarían a tiempo, pero llegaron. Desde el principio de esta prórroga, que ya dura seis meses, el SARS-CoV-2 recibió muchos goles y no se encuentra cómodo en el partido. Aunque todo indica que el virus perderá el encuentro, los partidos hay que cerrarlos lo antes posible para evitar complicaciones y sorpresas. De hecho, la prórroga se va alargando porque hay jugadores del Atlético Humanidad que no pasan la bola a las resolutivas vacunas y porque, en el bando contrario, el SARS-CoV-2 ha sacado a jugar a la variante Delta, una jugadora hasta ahora desconocida. Delta es una atacante rápida y escurridiza que incordia y preocupa. ¿De dónde carajo salió esta variante Delta? Ni calentando en la banda la vimos.

¿De dónde salen las variantes?

Las variantes surgen porque el virus muta. Al hacer réplicas de su material genético (ARN), el virus comete errores que son las mutaciones. Una minoría de estos errores hacen que alguna de las proteínas del virus cambien levemente su forma o sus propiedades. Estos cambios, a veces, pueden conceder una ventaja al virus. Cuando al virus le sale una mutación buena, el virus se la queda. Al haber virus SARS-CoV-2 por todo el mundo y replicarse mucho, la probabilidad de que se junten varias mutaciones buenas en un mismo virus aumenta con el tiempo. La posibilidad de que salga un crack de una escuela de fútbol es muy baja. Pero si tienes una red grande de ojeadores y la mayor academia de fútbol del mundo, las posibilidades de tener en el mismo equipo a varios jugadores buenos aumentan. Esto pensaron en el grupo inversor chino Evergrande, que construyó una academia de élite para unos 2500 internados (unas 200 niñas), escogidos por toda China, donde además de dar clase entrenan al fútbol seis días a la semana en sus instalaciones con 42 campos de fútbol. En la entrada del colegio, una réplica de la Copa del Mundo les recuerda cuál es el objetivo. Con el paso del tiempo, aumentarán sus posibilidades de juntar en el mismo equipo a 3 o 4 cracks que no se lleven más de 10 o 14 años de diferencia y puedan coincidir en el mismo equipo. Así, en el fútbol como en el mundo vírico, grandes números y la constancia hacen probable lo improbable, como que China gane uno de los próximos mundiales de fútbol.

Si frenamos los contagios a nivel mundial, reducimos las posibilidades de que el virus mejore y haga un equipazo de mutaciones.

La variante Delta ya es la más abundante en el planeta

Y apareció la variante Delta del virus SARS-CoV-2, que mantiene algunas mutaciones buenas para el virus de variantes antiguas, y añade alguna otra que le favorece. Su aparición ha sido tan fulgurante que en unos cuatro meses se ha hecho la variante dominante en el mundo (79% de todos los virus SARS-CoV-2 son Delta, según https://nextstrain.org/ncov/gisaid/global, a principios de agosto). Es tan “buena” que va a retirar a otras variantes de su equipo. Vean la evolución de la variante Delta (azul turquesa) en este mapa animado de 35 segundos:

Arriba a la izquierda, fecha correspondiente. Vídeo obtenido de http://www.nextstrain.org

Los cambios en el virus los monitorizan científicos de todo el mundo y los suben a la base de datos GISAID. Allí se puede ver como la secuencia de ARN del virus varía progresivamente, formando ramales a modo de árbol genealógico. Cuando una cepa vírica de uno de esos ramales acumula cambios significativos, la OMS la califica como VARIANTE DE INTERÉS. Cuando los cambios en el virus parecen conferirle ventaja para transmitirse mejor o para escabullirse del sistema inmunitario (anticuerpos y células T), la OMS nombra a ese virus como VARIANTE DE PREOCUPACIÓN (del inglés Variant of Concern, VOC). Por ahora hay cuatro variantes de preocupación, incluida la Delta claro.

La otra intervención de la OMS en el tema de las variantes ha sido nombrarlas usando el alfabeto griego para no estigmatizar los lugares donde aparecían, algo que explotó Trump con el virus chino. Así, las variantes de preocupación (VOC) británica, sudafricana, brasileña e india pasaron a llamarse Alpha, Beta, Gamma y Delta, respectivamente. Algo parecido hizo el Getafe con Ciprian Marica que, después de trabajarse un caché para su apellido en la Bundesliga, en España pasó a llamarse Ciprian a secas.

Mutaciones en la proteína espiga

De las mutaciones que modifican proteínas para mejorar al virus, las más fáciles de explicar para los científicos son aquellas que cambian, aunque sea levemente, la proteína S del virus, también conocida como proteína espiga. La proteína S o proteína espiga es la que usa el virus para unirse a las células humanas, en concreto a los receptores ACE2 de la superficie de las células. Un leve cambio en la forma o composición de esta proteína espiga puede facilitar que el virus se adhiera mejor a las células y, por lo tanto, que se transmita más fácilmente. Así que no es de extrañar que la mayoría de las mutaciones que han llegado al virus para quedarse sean en la proteína espiga, la llave de entrada en nuestras células.

Izda: Representación del virus SARS-CoV-2. Dcha: Las mutaciones de las variantes predominan en la región del ARN del virus que codifica para la proteína S, que es la llave de entrada a las células humanas.

La famosa variante Delta, además de tener mutaciones en la proteína espiga que existen en otras variantes que parecen mejorar su capacidad de infección, como la mutación D614G (cambio del *aminoácido D por el G en la posición 614), tiene otras únicas como la mutación P681R. Esta mutación cambia el aminoácido P (Prolina) por R (Arginina), que tiene una carga positiva. Un estudio sugiere que esta mutación P681R puede ser responsable de que la variante Delta se replique más rápido al estar es una región crítica para la infección. Otro preprint sobre la P681R apunta en a la misma dirección.

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La variante Delta ha aprovechado algunas de las mejores mutaciones de variantes previas, y ha añadido otras mutaciones nuevas mejorando el SARS-CoV-2.

*Los aminoácidos son los «ladrillos» con los que se construyen las proteínas

# Para curiosos moleculares, aquí más cosicas sobre el código genético y las mutaciones, explicado con fútbol 😉

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Delta ha cambiado el partido

La mayor velocidad de replicación de la variante Delta hace que el periodo de incubación sea más rápido (3 o 4 días en lugar de 5 o 6), y que tengamos infecciones con una mayor carga viral. Al incubarlo más rápido se hace más difícil el trabajo de los rastreadores (de los que queden en la trinchera) para avisar y aislar a los contactos. Por otro lado, al producir una mayor carga viral, podría ser infectivo por más tiempo (por lo que teóricamente se tendrían alargar las cuarentenas). Por todo esto, el CDC (Centro de Control de Enfermedades) americano recomienda (en una nota del 28 de julio) que las personas vacunadas que hayan estado en contacto estrecho (menos de 2 metros) con un contagiado por 15 minutos (acumulados en 24 horas), deben de hacerse un test tras 3 o 5 días de exposición y llevar mascarilla en casa e interiores durante 14 días o hasta que tenga una PCR negativa. Además, recomienda llevar mascarillas en escuelas, se esté vacunado o no. En otro informe de finales de julio sobre la variante Delta, el CDC dice que “La guerra ha cambiado”. Para entender este cambio en nuestro partido contra el SARS-CoV-2 vamos a usar lo más codiciado del planeta fútbol: La Copa del Mundo.

En 1930 se jugó el primer Mundial de fútbol en Uruguay, y fue precisamente Uruguay quien lo ganó, ganándose también el derecho a tener el trofeo durante los cuatro años siguientes. En 1946, al trofeo le pusieron de nombre Jules Rimet en honor al presidente de la FIFA. El trofeo Jules Rimet, además del valor sentimental y artístico (presentaba la figura de Niké, la diosa griega de la victoria), tenía un valor económico porque estaba bañado en oro de 18 quilates. La vida del trofeo Jules Rimet da para una película. Fue escondido de los nazis en Italia durante la Segunda Guerra Mundial, y fue robado y posteriormente encontrado por un perro en Inglaterra antes del mundial de 1966. Finalmente, se lo quedó Brasil en propiedad en 1970 tras ganar el Mundial por tercera vez. Desde entonces, la Copa FIFA sustituye a la Jules Rimet, que tampoco tuvo una vida tranquila en su jubilación en Brasil. En 1983 Ffue robada en Río de Janeiro de una vitrina a prueba de balas, pero al parecer no a prueba de palancas de acero. A los ladrones les importaba un pimiento el fino tallado de la diosa Niké y fundieron el trofeo en forma lingotes de oro.

Podríamos hacer una analogía entre la proteína espiga de la variante Delta y la nueva Copa del Mundo de la FIFA. Las versiones antiguas de la proteína espiga del virus terminarán desapareciendo como el trofeo Jules Rimet.

Las proteínas espiga de la variante Delta han cambiado de forma con respecto al SARS-CoV-2 original.

La Nueva Copa del Mundo, o Copa FIFA, es un poco más grande que la Jules Rimet (36.5 cm vs 35cm) y tiene una forma muy distinta. La Copa del Mundo ya no se ganará en propiedad al ganarla tres veces (algo que hizo Alemania desde 1970). Se graba el nombre del ganador en la base de modo que la copa es diferente cada 4 años, sin cambiar la estructura principal. Algo así podría pasar con la proteína espiga de la variante Delta en el futuro. La proteína espiga ha cambiado y puede seguir cambiando, adaptándose cada vez mejor a los receptores ACE2 que se encuentran en la superficie de células humanas de muchos tejidos y órganos que son afectados por la infección, como los pulmones. El virus se pega mejor a la célula y el virus se transmite mejor. Esta mayor capacidad de transmisión de la variante Delta provoca que nos podamos contagiar en circunstancias donde antes no nos contagiábamos. Así crece el número de testimonios que dicen ¡pues no sé donde lo he pillado el coronavirus!

En lila, célula humana, con el núcleo en tono más oscuro. En rojo, receptor ACE2 de la superficie celular. La proteína espiga de la variante Delta se acopla mejor, y de manera más eficiente, al receptor ACE2 facilitando la entrada del virus a la célula.

El mejor acoplamiento de la proteína espiga de la variante Delta hace que el coeficiente R (que indica la capacidad de transmisión sin medidas preventivas) del SARS-CoV-2 que circulaba en 2020 con un valor de 3, ahora sea de 5 o 6. Es decir, cada infectado ahora puede contagiar de media a seis personas en lugar de a tres. Esto implica que tras tres rondas de contagio con la variante Delta se contagian 216 personas en lugar de 27 con el SARS-CoV-2 original.

Menos mal que la variante Delta nos ha pillado con mucha gente vacunada, sobretodo las personas más vulnerables.

Con un coeficiente R de tres, tras tres ciclos de contagio, el SARS-CoV-2 provoca 27 contagios. La variante Delta, con un R de seis, provocaría 216 contagios en tres ciclos de contagio.

Y para completar el cuadro de «virtudes», la variante Delta parece bajar un pequeño porcentaje (aproximadamente un 10%) la eficacia de las vacunas. Las vacunas están diseñadas para el SARS-CoV-2 original, por eso habrá un porcentaje de anticuerpos que no reconocerán la variante Delta, pero la mayoría sí. Además, nuestro sistema inmunitario consiste en el sistema humoral (basado en anticuerpos neutralizantes del virus) y en el sistema celular (basado en células T que eliminan las células infectadas). Hay estudios que muestran que tras dos dosis de vacuna el sistema celular sigue siendo efectivo por la variante Delta, y el sistema humoral también, aunque con anticuerpos algo menos eficientes

Algunos anticuerpos no reconocen su antígeno en la variante Delta y por lo tanto se baja la eficiencia de los anticuerpos generados por las vacunas. En esta figura se representan anticuerpos generados contra la proteína espiga. En una infección natural se generan anticuerpos contra otras partes del virus, no solo contra la proteína espiga como ocurre con las vacunas de ARN y ADN que usamos.

Todo lo que sabemos de la variante Delta lo hemos aprendido en un periodo de tiempo muy corto (Delta apareció hace pocos meses). La ciencia y los estudios epidemiológicos necesitan más tiempo para sacar conclusiones sólidas. Hasta ahora hay un buen puñado de datos y correlaciones, pero también mucha confusión. Delta parece muy agresiva pero en Reino Unido y en España se ha logrado doblar la curva de esta variante. En otros lugares (como en estados de USA con bajos porcentajes de vacunados) la curva de contagios sube exponencialmente. Hay eventos de supercontagio donde se contagia gente vacunada, aunque parece claro que los vacunados reducen antes su carga viral, reduciendo así sus complicaciones y su capacidad infectiva. Según un informe reciente del CDC, la posibilidad de ser hospitalizados o fallecer por COVID-19 en vacunados con doble dosis es 25 veces menor que entre no vacunados. La posibilidad de contagiarse también es 8 veces menor en vacunados. Estas vacunas se diseñaron principalmente para evitar hospitalizaciones y muertes, y siguen haciendo esa labor estupendamente contra la variante Delta. En cualquier caso, estamos en un momento confuso del partido. Ya que la variante Delta parece hacer que el virus se propaga mejor y muestra algo de resistencia a las vacunas, necesitamos tiempo para reubicarnos en el campo y volver a sentir que la pelota es nuestra.

Las vacunas funcionan también contra la variante Delta, y siguen siendo nuestra mejor arma. Sin embargo, quizá necesitemos recuperar otras herramientas para derrotar definitivamente al virus.

Creo que el Atlético Humanidad tiene más banquillo que el SARS-CoV-2, y por supuesto tiene más inteligencia. Tenemos que ir jugando nuestro partido con la cabeza fría, y evitando una confrontación bronca y alocada. No vaya a ser que con el calentón terminemos como en aquel partido entre Boca Juniors y Sporting de Cristal de 1972 donde el árbitro expulsó a 19 jugadores, y además todos fueron llevados a comisaría tras suspenderse el partido.

* Las vacunas de Pfizer y AstraZeneca (dos dosis) funcionan contra la variante Delta. Enlace al artículo en el New England Journal of Medicine

Un estudio reciente apunta que la eficacia de Moderna solo se reduce un 10% con la variante Delta. Enlace al preprint

Y sí, la vacuna de Janssen, aunque sea una sola dosis, también es efectiva contra la variante Delta. El artículo no ha sido publicado aún, pero aquí la noticia sobre el estudio con casi medio millón de sanitarios sudáfricanos.

¿Qué queda en el banquillo de uno y otro equipo?

BANQUILLO DEL SARS-CoV-2

1- NUEVAS VARIANTES

La proteína espiga puede modificarse y acoplarse aún mejor al receptor ACE2. Algo así como si pusiéramos unas orejitas a la Copa FIFA. De hecho, ya se habla de una variante Delta Plus, con una nueva mutación en la proteína espiga (la K417N), pero aún no hay datos de su peligrosidad. También es posible que los cambios del virus sigan reduciendo la eficiencia de las vacunas más allá del 10%, pero difícilmente dejaran de ser eficientes de manera repentina.

Aunque la probabilidad de que aparezcan nuevas variantes es alta, la capacidad de mejora del virus tiene un límite. La OMS tiene clasificadas más variantes de interés (el alfabeto griego se le va a quedar corto) que variantes de preocupación. Que la Copa FIFA de 36.5 cm se transforme en el Trofeo Carranza de metro y medio de altura, es una variación interesante pero que no preocupa porque esa proteína espiga de mayor tamaño no se acoplaría a los receptores ACE2.

2- LOS ANTIVACUNAS

Por ejemplo, en el estado de Arkansas (USA), se han caducado 80.000 dosis porque no encuentran a quien ponérsela más allá del 36% de la población vacunada.

3. EL EGOISMO DE LOS MÁS RICOS

Ahora se habla de una tercera dosis, pero no hay que olvidar que la pandemia es un problema global, y que “solo” un 15% de la población mundial tiene dos dosis de vacuna, y un 30% tiene una dosis. Por eso hay una corriente de opinión que sugiere dar la tercera dosis solo a pacientes de riesgo, como los inmunodeprimidos, y ofrecer el mayor número de vacunas posible a países que aún tienen bajos porcentajes de población vacunada. Por ejemplo, Argentina e India, dos países que nunca se enfrentaron en un partido oficial, solo en la Copa Nheru en 1984, tienen un 15 y 10% de la población vacunada, respectivamente.

BANQUILLO DEL ATLÉTICO HUMANIDAD

  1. VACUNAS 1.0

¡Las vacunas funcionan! Como ejemplo, en España se han dado cinco olas de contagios, pero solo tres olas de muertes, y esto ha sido gracias a las vacunas. Ocurre que no son tan efectivas evitando contagios que evitando hospitalizaciones y fallecimientos. Pero nuestras mejores armas siguen siendo las vacunas y hay que aprovecharlas. Cuanta más gente esté vacunada, mejor para todos y peor para el virus porque reducimos su capacidad de mutar. Por lo tanto, primero hay que convencer a los indecisos, respetando sus ideas y temores. Basados en datos recientes, el CDC también recomienda la vacunación en mujeres embarazadas y amamantando. Después está la posibilidad de vacunar a menores de 12 a 18 años ya que las vacunas de ARN se han probado en ensayos clínicos y aprobado para su uso en este rango de edad. Países como Estados Unidos, Israel o España ya están vacunando a menores de 18. En otros lugares como en el Reino Unido aún se lo están pensando porque piensan que los beneficios son más para la comunidad que para los propios jóvenes que raramente sufren complicaciones graves por COVID-19. Argumentan que en el Reino Unido «solo» fallecieron 30 niños menores de 18 por COVID-19 desde Febrero de 2020 a Marzo de 2021. No sé, 30 niños me parecen muchos. Además, hay estudios en marcha para valorar el impacto del «Long COVID-19» o COVID-19 crónico en niños, que se estima afecta a 10-15% de los niños contagiados.

Con la llegada del curso escolar, vacunar a los menores (de 12 a 18 años) le protegerían de las poco frecuentes pero posibles complicaciones por COVID-19 y ayudarían al resto de la población a frenar la transmisión. Por otro lado, la ventaja de vacunar a los menores para el resto de la población está clara. Al aumentar la Ro o transmisibilidad del virus, aumenta la proporción de población necesaria para alcanzar la inmunidad de rebaño, en la cual los vacunados hacen de cortafuegos hasta extinguir el virus. Quizá ahora se necesite entre un 80-90% de vacunados en lugar del 70-80%. En España hay tres millones de menores entre 12 y 18 años. Para entendernos, tres millones que estarían en categoría infantil (12-13), cadete (14-15) o juvenil (16-18). Todos suman. Para los menores de 12 se están haciendo ensayos clínicos, pero quizás no sea necesario porque sabemos que contagian y transmiten poco. De 0 a 12 años hay 5 millones de niños, un 10%. A día de hoy, aproximadamente un 60% de la población española tiene la pauta completa de vacunación.

2- VACUNAS 2.0

Las vacunas de ARN y ADN se pueden adaptar fácilmente a las nuevas variantes. De hecho Pfizer ya está desarrollando una variante de la vacuna contra la variante Delta. Por otro lado, están por llegar las vacunas esterilizantes, que además de protegernos de las complicaciones por COVID-19 también frenarían la capacidad de contagiar. Estas vacunas son intranasales y activan linfocitos B y T de las mucosas respiratorias, por lo que actúan antes impidiendo que la persona infectada contagie. De las 100 vacunas contra el COVID-19 que están en ensayos clínicos, solo siete son esterilizantes. La propuesta de vacuna esterilizante del CSIC en España está pendiente de ser autorizada para el ensayo clínico.

3- TEST

Los test siguen siendo un buen aliado para combatir el virus. El test nos permite detectar y aislar al contagiado antes de que contagie. Cada vez son más accesibles y asequibles, y la mayor carga viral de la variante Delta quizá haga que los test rápidos de antígenos den menos falsos negativos. El valor de los test para parar la transmisión lo conocen bien en China. Allí, recientemente, tras un brote que infectó a 200 personas en el aeropuerto de Nanjing, ciudad de unos 9 millones de habitantes, han hecho tres rondas de test a toda la población para intentar frenar el brote de raíz.

4- MASCARILLAS Y SENTIDO COMUN

La inmunidad de las vacunas parece estar durando, pero cada vez somos una población más heterogénea en cuanto a nuestro sistema inmunitario contra el SARS-CoV-2. Hemos recibido distinta vacunas y a distintos tiempos. También hemos estado expuestos al virus de distinta manera. Esto hace que ante un brote en un grupo de personas vacunadas, unas puedan ser contagiadas y otras no. Todo esto genera confusión. Con la variante Delta cada vez es más difícil predecir si un evento en grupo es de riesgo para contagiarse o no. Llevar siempre una mascarilla a mano y ponérsela en interiores es algo razonable mientras haya infectados por tu zona. Otra cosa de sentido común es saber decir NO a una reunión social si tienes síntomas y hacerte un test lo antes posible. El que la variante Delta se replique tan rápido puede ayudar a reducir el tiempo en el que somos asintomáticos y contagiosos.

CONCLUSIÓN

Es cierto que se dan casos de personas vacunadas que se contagian, y que incluso inicialmente tienen una carga viral similar a los no vacunados. Sin embargo, las personas vacunadas bajan esa carga con rapidez y hay muchos datos que indican que están protegidos de complicaciones graves. Por lo tanto, las vacunas, aun con la variante Delta, reducen la transmisión del virus, disminuyen las hospitalizaciones y, muy importante, protegen de la muerte por COVID-19. Así, siendo las vacunas nuestra mejor arma, tenemos que intentar vacunar al mayor número de gente posible.

Cuando el equipo contrario empieza sacudirse la presión después de estar acorralado, hay que apretar un poco más para que no tome confianza. El SARS-CoV-2 ha hecho un buen movimiento estratégico con la variante Delta. Delta es rápida, pero también era rápido Usain Bolt y luego era un paquete jugando al fútbol en la A-League australiana con los Central Coast Mariners. El Atlético Humanidad es muy superior al SARS-CoV-2 pero tenemos que recuperar el balón para marcar nosotros el ritmo del juego. No seas pasivo. Ayuda a tu equipo. Sé responsable y solidario. Ofrécete para dar salida de balón a tus compañeros, y toca, toca, toca.

Dale que ganamos.

@raticosdefubol

@ceronlab

ANEXOS:

DOCUMENTAL SOBRE LE TROFEO JULES RIMET:

LAS VACUNAS SIGUEN FUNCIONANDO CON LA VARIANTE DELTA

Según datos del @CDCgov, los vacunados están 25 veces más protegidos del riesgo de hospitalización y fallecimiento, y 8 veces más de contagiarse.

ESQUEMA DE MUTACIONES EN LAS VARIANTES DEL SARS-CoV-2:

Flecha roja indica la mutación P681R en la variante Delta. Imagen obtenida de @erictopol en twitter

ACADEMIA EVERGRANDE:

USAIN BOLT JUGANDO AL FÚTBOL

INDIA vs ARGENTINA, 1984